Los misteriosos hilos que mueven el mundo y… nuestra vida.
¿Qué es lo que nos mueve? Unas veces el corazón; otras, tal vez la cabeza.
En ocasiones nos sentimos como aquel que mueve los hilos, que decide los diálogos y los actos de los personajes mientras todo parece una representación, un juego.
En otros momentos nos convertimos en esa marioneta manejada por los demás, por los sentimientos, por las circunstancias o por el entorno, y nos sentimos enjaulados.
Creemos que sabemos distinguir entre el bien y el mal, entre lo correcto y lo incorrecto, entre la belleza y lo monstruoso.
Nos vemos como Dioses que pueden controlar, cambiar, transformar, incluso crear; sin darnos cuenta que en realidad formamos parte del entramado y que, aunque de vez en cuando manejemos los hilos, casi siempre somos solo personajes de esa especie de teatro que es el mundo